viernes, 13 de diciembre de 2019

La madera de olivo

La tierra donde vivo es un mar de olivos. Kilómetros y kilómetros de olivares se extienden hacia los cuatro puntos cardinales. Este cultivo que tan duramente se trabaja en Andalucía, no solo da como fruto su aceite o sus aceitunas, su madera es preciosa y con ella se hacen magníficos muebles, especialmente trabajados en la ciudad de Castro del Río.




El olivo una madera difícil de trabajar, muy dura, irregular y con gran tendencia a rajarse, pero con una belleza extraordinaria. Para mí no es fácil encontrar un trozo que poder trabajar con limpieza y que tenga una veta apropiada para lucir en un portaplumas, pero en ocasiones lo consigo y aquí tienes una muestra del resultado.








martes, 9 de abril de 2019

Pareja con destino Francia

No voy a negar que prefiero fabricar mis portaplumas sin límites ni pautas marcadas, haciéndoles los detalles torneados que más me sugiera la madera o el momento, y combinando los colores de las maderas o los materiales a mi antojo. Pero también he de reconocer que es todo un reto cualquier encargo solicitado con unos requisitos específicos.

Al hacer portaplumas no me pongo más límite que las medidas canónicas marcadas para la zona de agarre, pero estas también se pueden modificar según el deseo del cliente.

Hace unos meses recibí un encargo desde tierras francesas. La clienta me pedía unas medidas de agarre específicas, más delgadas de lo habitual y una combinación de madera y acrílico muy definidas.

El primer portaplumas que deseaba, con angulación oblicua, combinaba la exquisita madera de cocobolo con una resina acrílica comercial con tonos encarnados y ocres.

Portaplumas oblicuo en madera de cocobolo

El otro portaplumas lo deseaba recto, en la noble madera de nogal y combinado con una resina acrílica de confección propia en tonos blanco perlado y azul.


Portaplumas recto en madera de nogal


Ambas combinaciones, con su acabado en acrílico pulido están ya haciendo arte en las manos de nuestra clienta.